Carta de un hijo a todos los padres del mundo (manual básico para padres en crecimiento)

Carta de un hijo a todos los padres del mundo (manual básico para padres en crecimiento)

La “Carta de un hijo a todos los padres del mundo” que encontrarás a continuación, se hizo muy popular hace unos años entre las personas que, de un modo u otro, se relacionaban con la educación de los niños.

Desafortunadamente se desconoce su autoría, pero hoy la rescato para incluirla entre los “Recursos inspiradores” de este blog para el uso y disfrute de todos aquellos padres que se “quejan” de su rol paternal con el famoso “los hijos deberían venir con un manual de instrucciones debajo del brazo”. Pues aquí está.

Los hijos nos obligan a crecer y qué menos que ofrecerles la mejor versión de nosotros mismos que seamos capaces de alcanzar, al menos a lo largo de los años en los que dependan de nosotros para su supervivencia. Por fortuna, también nos regalan una gran motivación para convertirnos en mejores personas.

Lee la siguiente carta con un corazón abierto y piensa en cuántos de sus puntos llevas a cabo con tus hijos. Porque tú te mereces una vida mejor, pero tus hijos también se merecen un padre o una madre mejor.

Carta de un hijo a todos los padres del mundo

  1. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mí también. Y yo, no quiero hacerlo.
  2. No me des todo lo que te pida. A veces solo pido para ver si existen límites y, si no me los pones, me convertiré en un adulto infeliz que no sabrá gestionar su frustración cuando no consiga algo.
  3. No me des siempre órdenes y pídeme las cosas con amabilidad. Con amabilidad lo haría todo más rápido y con más gusto.
  4. Cumple las promesas que me hagas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo, pero también si me prometes un castigo.
  5. No me compares con otros y quiéreme por lo que soy. Si tú me consideras mejor que los demás, alguien va a sufrir. Y si me consideras peor que los demás, seré yo quien sufra.
  6. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo o no debo hacer. Decídete y mantente firme. Si no, me harás dudar de ti.
  7. Déjame valerme por mí mismo. Si tú lo haces todo por mí, yo nunca podré aprender y tendré que depender de los demás para todo.
  8. No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga yo por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
  9. Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué lo hice. A veces, ni yo mismo lo sé.
  10. Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. También me enseñarás a admitir mis errores con naturalidad.
  11. Trátame con la misma cordialidad con que tratas a tus amigos, pues la familia se merece que la traten con respeto.
  12. No me digas que haga una cosa y tú no la hagas. Yo aprenderé y haré siempre lo que te vea hacer, pero nunca haré lo que digas y no hagas.
  13. Cuando te cuente un problema mío, no me digas “no tengo tiempo para tonterías” o “eso no tiene importancia”. Trata de comprenderme y ayudarme, soy solo un niño.
  14. Quiéreme, quiérete y respeta a todos los demás. Así aprenderé a amarme a mí mismo y a todo el mundo.
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