Contribuye a salvar el planeta cancelando las newsletters que apenas lees

Contribuye a salvar el planeta cancelando las newsletters que apenas lees

Cada movimiento en el mundo virtual contamina. Puede que no veas tan claramente la causa-efecto como cuando consumes un litro de agua embotellada y después observas la basura mundial flotando sobre la playa, pero eso no lo hace menos real.

Los gigantescos servidores que permiten el funcionamiento de internet consumen enormes cantidades de electricidad y agua para su mantenimiento. Almacenar, mover, procesar y analizar datos requiere energía y refrigerar los centros de datos para que funcionen de forma eficiente requiere agua. curso objetivos personalesY no nos olvidemos de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera derivadas de la producción del equipamiento (ordenadores, smartphones, routers, etc.) y del consumo de estar permanentemente conectados. Todo esto sin entrar en la basura que la industria tecnológica genera…

Aunque los grandes nombres de la industria apuestan cada vez más por formas de trabajo sostenibles y renovables (con el suficiente ecopostureo para que nos creamos lo justo…), lo cierto es que se trata de un sector en el que escasea información específica para concienciar al consumidor del impacto de sus nuevos hábitos y de la oportunidad de que elija mejor cómo se comporta, para lo cual necesitaría conocer datos precisos de su impacto, como que con cada clic en su buscador de cabecera lanza 7 gramos de CO2 a la atmósfera y que existen alternativas más sostenibles.

Existen muchos modos de reducir la contaminación en el mundo digital desde la contribución individual y hoy me centraré en el uso del email y en cómo puedes reducir tu huella de carbono con soluciones tan sencillas como cancelar esas newsletters que no lees y acumulas en la papelera o en la bandeja de entrada sin prestarles atención.

Impacto medioambiental de las newsletters a las que no prestas atención

Imagina que recibes 20 emails al día, esto serán unos 600 emails al mes. Teniendo en cuenta que un 10% de los emails (48 de los que recibes) serán suscripciones y que el 75% de las suscripciones jamás se abren, podrías reducir 144 g de CO2 simplemente limpiando tu bandeja de entrada de suscripciones innecesarias, y ni siquiera estaríamos teniendo en cuenta el coste de su almacenaje posterior.

Cada suscripción que haya dejado de interesarte, serán 4g de CO2 que dejes de lanzar innecesariamente a la atmósfera por el mero hecho de dejar de recibirlas. Los mensajes largos, con imágenes y adjuntos, contaminan hasta 12 veces más.

Para poner estas cifras en perspectiva, el COcorrespondiente a pulsar “enviar” en 65 emails cortos y sin adjuntos es lo mismo que conducir un coche durante un kilómetro. 5 emails con adjuntos pesados son lo mismo que quemar 120 gramos de carbón.

Piensa ahora ¿eres de los que, en el trabajo, responde “a todos” con un monosílabo como “recibido” o similar? Multiplica tu impacto por el número de tus destinatarios y verás que no es inocuo. Y así en todas las ocasiones en las que pulses “enviar” o acumules emails como quien guarda tesoros, porque ahora ya sabes que almacenar también tiene un coste para el planeta (electricidad y agua).

“Se estima que un usuario empresarial medio es responsable del lanzamiento a la atmósfera de 131 kilos de CO2 por año solo con sus hábitos en materia de emails”; ICF International Consulting.

Cómo contribuir al cambio positivo

  • Cancela tus suscripciones innecesarias activamente. Eliminar los emails o establecer reglas para moverlos a una carpeta, no impedirá el impacto medioambiental de recibir un email que no te interesa. Cancelando la suscripción, sí. Además, colateralmente también se reducirá la huella de carbono de los remitentes.
  • Elimina las notificaciones automáticas que recibes por email, por ejemplo las de tu calendario o redes sociales.
  • Elimina los emails que ya hayas leído de tu bandeja de entrada y almacenas sin interés, eso es basura digital. Limpia tu bandeja de entrada regularmente, al igual que haces con tu casa. Piensa que todo ese espacio está consumiento energía y agua innecesariamente (correos antiguos, versiones infinitas de documentos almacenados sin sentido, etc.).
  • Piensa dos veces antes de enviar un email, ¿es realmente necesario? Evita emails con respuestas como “OK” o “gracias” cuando sean prescindibles.
  • Reduce los adjuntos que envías por email. Siempre que sea necesario, utiliza almacenamiento en la nube para alojar el documento y que el envío de este pueda hacerse con solo un link, sin importar cuántas veces lo modifiques o a cuántas personas envíes ese link.
  • Envía y recibe emails en texto plano (gestiónalo en “configuración”) en lugar de HTML.

El uso consciente de la tecnología digital no puede ser aplazado. Intégralo en tu vida y ayuda a salvar el planeta.

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