5 conductas que condicionan tu bienestar y frases que te ayudarán a superarlas

Existe una serie de conductas muy generalizadas entre las personas, al margen de la cultura, la edad o la educación que hayan recibido, que reflejan una posición de bienestar condicional, es decir, establecen la creencia de que voy a estar bien solo si se cumple una condición.
Son conductas limitantes, no solo porque refuerzan la creencia de que para estar bien, algo más ha de pasar, sino porque, además, nos hacen consumir una gran cantidad de energía siguiendo una especie de normas no escritas que alejan todas nuestras acciones de los resultados óptimos y las centran en el mantenimiento de la condición.
Esas condiciones obedecen a una serie de órdenes que recibimos durante la infancia y que se almacenan en nuestra cabeza como una especie de voz parental interna que nos dice lo que hemos o no hemos de hacer.
Para salir de estas conductas que Taibi Kahler bautizó como “conductas de impulsor”, puedo elegir “instalar” una nueva voz, la mía propia, que me dirija hacia conductas libres de condicionantes y me acerque a mi autonomía y mi esencia natural.
A continuación verás las cinco conductas junto a la voz parental interna que las acompaña y junto a la frase o frases que podrás elegir decirte para liberarte. Si identificas estas conductas como limitantes para ti, puedes repetirte estas frases antes de ir a dormir y cuando te levantes por la mañana y/o colgarlas de forma visible por tu casa.
Conducta “tengo que ser perfecto”
Creo que seré rechazado si fallo en algo o no muestro perfección y eso hace que nada me satisfaga, que sienta que siempre puedo hacerlo mejor y que niegue mi naturaleza humana, llegando a sentir vacío con quien soy. Los resultados raras veces me satisfacen y tardo mucho tiempo en hacer las cosas, pues quiero tener toda la información bajo control antes de actuar y, además, me fijo en detalles que otros no son capaces de ver.
- Esta conducta responde a una voz parental interna que dice: “solo estarás bien si lo haces todo bien”.
- Antídoto: “ya eres lo suficientemente bueno tal y como eres”.
Conducta “tengo que complacer a los demás”
Baso mi bienestar en agradar a la gente. Mis necesidades son secundarias o inexistentes, por eso pediré permiso para todo. Carezco de la autoridad y el respeto adultos, y me resulta muy difícil poner límites y decir “no”.
- Esta conducta responde a una voz parental interna que dice: “solo estarás bien si agradas a los demás”.
- Antídoto: “agrádate a ti mismo”, “está bien que te agrades a ti mismo”, “eres el único a quien has de agradar”.
Conducta “tengo que ser fuerte”
Creo que mis sentimientos y acciones no son mi responsabilidad, sino que se deben a causas ajenas. Por tanto, evito la intimidad siempre que puedo y, si la cosa se complica, ataco para demostrar que soy fuerte, antes de demostrar que mis emociones me pertenecen, especialmente las que asocio a ser débil. El riesgo de ser aceptado o rechazado dependerá de mi fortaleza emocional.
- Esta conducta responde a una voz parental interna que dice: “solo estarás bien si escondes tus sentimientos y deseos a la gente. No les permitas ver que eres débil”.
- Antídoto: “sé abierto y expresa tus necesidades”, “sigue adelante y muestra como te sientes”, “sé sincero sobre lo que necesitas”.
Toma nota de la importancia de aprender a expresar tus necesidades desde el “yo” y no desde el “tú”, pues el gran error de aquel que quiere tomar control sobre su vida es el de seguir culpando a los demás de lo que le pasa…
Conducta “tengo que darme prisa”
Hablamos de esta conducta en un artículo anterior.
Antídoto: “tómate tu tiempo”.
Conducta “tengo que esforzarme”
Siento que me esfuerzo mucho, pero no consigo lo que quiero. Eso me hace sentir bien porque me han enseñado que el esfuerzo es todo lo que necesito para sentirme bien pero, profundamente, me hace sentir mal, porque no es lo que me gustaría estar haciendo.
Tal vez no me guste donde estoy e intente, esforzándome más, llegar a otro lugar pero, con tanto esfuerzo, siento que todo es demasiado difícil y que nada cambia… “Intentar” para este tipo de conducta, conlleva “intentaré hacerlo, en vez de hacerlo”. Quizás en otro momento, ahora estoy demasiado cansado luchando…
- Esta conducta responde a una voz parental interna que dice “para estar bien, tienes que esforzarte en hacer las cosas”.
- Antídoto: “hazlo”, “deja de luchar”, “está bien seguir adelante y hacerlo”.
Conductas hacia la libertad individual
Las frases que nos sirven de antídoto generarán ligeros cambios de conducta que nos permitan sentirnos más libres de forma gradual, lo cual podría traducirse en actitudes como las siguientes:
- actúo aún sin tenerlo todo bajo control. Dejo de prestar atención al mínimo detalle y confío en mis capacidades ahora. Acepto la existencia del error como opción, pues el error es necesario para hacerme crecer.
- pongo límites y no ofrezco ayuda no solicitada. Si me solicitan participar, valoro la posibilidad de no hacerlo, lo cual me hace más consciente de mí mismo y respeta las capacidades de los demás para hacerse cargo de sus problemas.
- expreso mis auténticos deseos y sentimientos.
- elijo el presente sobre las prisas.
- suelto la lucha, pues una batalla no es el medio para llegar. Tengo claro a dónde quiero llegar y lo hago definiendo lo que deseo de forma realista y específica.

Masvalebuenoporconocer.com El camino hacia tu “bueno por conocer” es mucho más sencillo de lo que pensabas.
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