Técnica para discrepar sin que tu interlocutor se ponga en plan Hulk…

Técnica para discrepar sin que tu interlocutor se ponga en plan Hulk…

Cuando no estamos de acuerdo con lo que otra persona acaba de decir y queremos mostrar una opinión diferente, si contradecimos directamente o criticamos lo dicho, pondremos a nuestro interlocutor a la defensiva de forma inmediata y eso hará que se cierre a cualquier tipo de comentario constructivo posterior por nuestra parte.

Para no llegar a ese punto, te mostraré las palabras exactas que debes usar para dirigir una conversación a tu terreno y que tu interlocutor no se dé cuenta de que has tomado la voz cantante antes de discrepar con él.

Depende de ti cómo decidas utilizar esta técnica. Como bien sabes, «todo gran poder conlleva una gran responsabilidad» 😉.

Qué palabras utilizar

Esta técnica consiste en aceptar lo que acaba de decir nuestro interlocutor con un «sí», «estoy de acuerdo con…», «valoro lo que dices», «me interesa…» o similar y, a continuación, añadir «y» + la opinión personal o idea opuesta que quiero expresar.

Después de los «sí, y…», «estoy de acuerdo con… y…», «valoro… y…», «me interesa lo que dices… y…», es recomendable hacer una leve pausa o, cuando sea posible, resumir el enunciado de tu interlocutor, idealmente en positivo. Veamos tres ejemplos.

Ejemplo 1:

A: «No la aguanto, quiero un cambio de compañera de proyecto ya».

B1: « (leve pausa), y continuar en el proyecto con ella es una buena idea para progresar profesionalmente».

B2: «, es una persona difícil, y continuar en el proyecto con ella es una buena idea para progresar profesionalmente».

Ejemplo 2:

A: Deberíamos rediseñar la web corporativa desde lo que ya tenemos.

B: Me interesa esa idea, ¿y puedo sugerir algo diferente?

Ejemplo 3:

A: «Hace un tiempo terrible, demasiado viento».

B: «Estoy de acuerdo y al menos no está nevando». 💡

¿Por qué funciona esta técnica?

Este tipo de construcciones muestran respeto por lo que se acaba de escuchar en primer lugar, invitando a una respuesta positiva de la parte contraria. Es como decir «no voy a imponer mis ideas, sino a encontrarme con las tuyas». Mi interlocutor se siente comprendido y, sin saberlo, ya está en mi terreno.

Con «y» me permito liderar, añadir mi sugerencia o idea, aunque contradiga lo que mi interlocutor acabe de decir, pues probablemente ya estará en actitud de aceptación por haber sido previamente respetado.

Si practicas esta técnica y, además, evitas términos que manifiesten una opinión fija como «obviamente», «sin duda», «la verdad es que» y similares, sustituyéndolos por otros más flexibles y abiertos como «me imagino» o «en estos momentos mi opinión es que»… estoy segura de que tu comunicación con los demás mejorará notablemente.

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